El teletrabajo y cómo evitar que nos pase factura
El teletrabajo tiene ventajas pero también consecuencias físicas y psicológicas. Hoy os traemos consejos para llevarlo de la mejor forma posible y para paliar esas posibles dolencias.
Estos últimos meses hemos empezado a vivir una situación totalmente diferente a la que estamos acostumbrados. Hemos cambiado por completo nuestras rutinas y eso nuestro cuerpo lo nota tanto a nivel externo como interno, a nivel físico y a nivel psicológico.
Se ha podido demostrar que muchos trabajos se pueden realizar mediante el teletrabajo, lo cual supone ventajas a nivel de conciliación de vida personal y familiar, pero también supone alguna desventaja a nivel físico: contracturas, dolores de espalda, cuello, riñones… esto es debido a las malas posturas y a que en nuestros hogares no contamos con el mobiliario de oficina específico, por eso hoy os traemos algunos consejos que te permitirán tener una rutina sana y aliviar los dolores causados por las largas horas de trabajo.
Actualmente todavía hay muchas personas que siguen realizando su labor profesional mediante el teletrabajo y ante esta nueva situación es imprescindible ser disciplinado y tener una rutina. Aquí tenéis algunos consejos:
- Trabajas en casa, no son vacaciones, por lo que intenta imitar las rutinas que tenías antes cuando sí tenías que desplazarte hasta la oficina.
- Mantén los mismos horarios: establece el horario de entrada y salida que tienes normalmente y cúmplelo como siempre (con sus respectivos descansos) para intentar que el cambio de situación afecte lo menos posible.
- Vístete como si fueras a la oficina, no te quedes en pijama o chandal, procura vestirte bien para así sentirte mejor contigo mismo y verte bien frente al espejo (esto es algo que a nivel psicológico nos ayuda mucho).
- Si puedes hacerlo, separa la zona de trabajo de la zona donde comas, o hagas los descansos para que tu cerebro distinga el ambiente el momento y puedas desconectar.
Estas recomendaciones te harán el teletrabajo más ameno, pero también es importante prestarle atención a nuestro físico, pues al pasar tanto tiempo sentados y tener poca actividad física, nuestro cuerpo empieza a notar los efectos físicos secundarios de estos nuevos hábitos. Para intentar que sean lo más livianos posible, lo primero que hay que hacer es establecerse pausas de trabajo obligatorias. Son indispensables para que nuestro rendimiento y concentración no se vean afectados, pero también para obligarnos a cambiar de postura, estirar las piernas y el resto del cuerpo.
Durante alguna de estas pausas, puedes aprovechar y realizar:
- Si tienes espacio intenta establecerte una rutina de ejercicios aunque sea 2-3 veces por semana. De esta forma conseguirás ese cansancio físico que nuestro cuerpo y mente necesitan. Además así mantienes tu línea y no acostumbras al cuerpo a demasiadas horas de inactividad o a un estilo de vida sedentario.
- Procura realizar estiramientos en alguna de las pausas que realices o cuando termine tu jornada laboral. Tu cuerpo te lo agradecerá.
¿Qué estiramientos puedes realizar? Focalízate en las zonas que notes más cargadas como por ejemplo:
- Espalda y hombros: Estas zonas son las que más afectadas se ven por este nuevo estilo de vida, algunos de los estiramientos que se pueden hacer son: subir y bajar los hombros y realizar círculos con los mismos.
- Cuello: también otra de las zonas más perjudicadas por las malas posturas pero, además, es la más delicada. Se recomienda estriar el cuello haciendo movimientos suaves hacia delante y hacia detrás al ritmo de nuestra respiración. Alternar con movimientos hacia los lados, sin forzar, hasta donde seamos capaces de llegar.
- Piernas: la zona del cuerpo que más sufre inmovilidad y cuyas consecuencias no solo son el posible entumecimiento de las mismas, sino que además estar demasiado tiempo sentado sin moverse hace que empiecen a aparecer problemas circulatorios, hinchazón y sensación de pesadez. Es cierto que beber mucho líquido es importante para intentar contrarrestar estos efectos, pero también hay estiramientos que ayudan a evitarlos: sentada y con las piernas estiradas (tu cuerpo forma un ángulo de 90 grados) inclinas tu cuerpo hacia delante intentando tocarte la punta de los pies (si no llegas no pasa nada, céntrate solo en estirar los músculos).
Otro ejercicio para estirar los cuádriceps por ejemplo, es ponernos de pie y doblar la pierna hacia atrás, llevando el talón hacia el glúteo (nos ayudamos con la mano) y aguantamos durante unos segundos.
Es cierto que actualmente hay muchos vídeos de profesionales del fitness y del yoga en youtube que te ayudarán a cuidar tu cuerpo y mente.